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Hernia Hiatal

¿Qué es la Hernia Hiatal?

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La hernia hiatal también es conocida como hernia del hiato, hernia diafragmática, hernia del reflujo gastroesofágico. Se localiza a nivel de “la boca del estómago”, por adentro y atrás de la región inferior del esternón La favorecen el sobrepeso, los esfuerzos bruscos e intensos y algunos hábitos inapropiados en el comer.

La frecuencia de la hernia hiatal en México es de 1-3 % en los adultos y afecta dos veces más a los hombres que a las mujeres, aunque esta proporción tiende a igualarse en los últimos años.

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¿Cuáles son los Síntomas de la Hernia Hiatal?

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Los síntomas de la hernia hiatal son consecuencia del reflujo del contenido gástrico hacia el esófago y hasta la boca, provocando agruras, ardor en la “boca del estómago”, náuseas, tos y carraspeo persistentes, ardor faríngeo, dolor de oídos, sensación de dolor de muelas, mal aliento, dificultad nocturna repentina y aparatosa para respirar con sensación de ahogo. Estos síntomas se acentúan al ingerir irritantes, cítricos, grasas, café, alcohol, al fumar y al cenar abundantemente. El paciente con hernia hiatal prefiere dormir con más de dos almohadas en la cabecera y frecuentemente se automedica ranitidina, omeprazol, gel antiácido o bien procura ingerir lácteos. Es común que todos estos síntomas aumenten  en relación directa con el incremento acelerado y en corto plazo del peso corporal.

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¿Cómo se Diagnostica la Hernia Hiatal?

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El diagnóstico de la hernia hiatal requiere la evaluación de un cirujano especialista de hernias, de un cirujano general o de un gastrocirujano quien elabora una historia clínica completa y se complementa con estudios de rayos X mediante serie esófago-gastro-duodenal, endoscopía del tracto digestivo superior, también llamada panendoscopía, (es decir, visión endoscópica del esófago, el estómago y el duodeno), manometría esofágica (medición de las presiones que existen por dentro del esófago) y, si se considera necesaria, PHmetría (medición de la acidez de los jugos gástricos y del interior del esófago).

Cuando se diagnostica hernia hiatal asociada a esofagitis moderada o importante, que además tenga insuficiencia del esfínter esofágico inferior y se confirme una Phmetría con acidez acentuada, se determina la necesidad de someter al paciente a cirugía. Otra razón que obliga a la cirugía es cuando se confirma la existencia del llamado “esófago de Barret” como consecuencia del reflujo. Este término corresponde a la presencia de alteraciones celulares, en la capa que recubre al esófago, que tienen  alto riesgo de malignizarse con el paso de los años en la mayoría de estos pacientes.  

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Tratamiento de la Hernia Hiatal

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El tratamiento de la hernia hiatal incluye diversas facetas:

a) Medicamentos: Los que reducen la acidez de los jugos gástricos, los que disminuyen el reflujo gastroesofágico y favorecen el vaciamiento gástrico, los que neutralizan la acidez de los jugos gástricos, los que recubren las capas interiores del esófago y el estómago ejerciendo un efecto cito protector. Debido a que existen numerosos medicamentos en el mercado para tratar los síntomas de la hernia hiatal, es pertinente que sea el cirujano especialista de hernias, el gastrocirujano o el gastroenterólogo quien determine el esquema ideal de estos medicamentos y se evite la automedicación.

b) Dieta: Restringiendo algunos alimentos y bebidas irritantes, disminuyendo la ingesta alimentaria durante la cena,  e irse a la cama después de dos horas, evitando comidas abundantes y no comer entre las comidas.  

c) Hábitos: Suspender el tabaquismo, evitar el incremento de la presión intrabdominal por cinturones, fajas compresivas, esfuerzos, por ejercicios o posturas, elevar el nivel de la cabecera de la cama al dormir, bajar de peso.

d) Tratamiento quirúrgico para la hernia hiatal: Es la única medida resolutiva ya que mediante la cirugía, se corrigen las alteraciones anatómicas que existen en la hernia hiatal. Existen varios tipos de procedimientos quirúrgicos para operar la hernia hiatal siendo la funduplicatura por laparoscopía en sus diversas modalidades junto con el cierre de la hernia, el procedimiento que mejores resultados ha demostrado a nivel mundial por tratarse de una cirugía de mínima invasión en la que se utiliza la más alta tecnología y que es practicada por los más prestigiados cirujanos del mundo.

La decisión de realizar la cirugía para la hernia hiatal requiere del análisis detallado del cirujano especialista de hernias, el gastrocirujano, el cirujano general o el cirujano laparoscopista para cada caso en particular así como de la preparación preoperatoria escrupulosa y la información detallada sobre el procedimiento y sus resultados a corto y largo plazo.

La cirugía de la hernia hiatal conlleva algunos riesgos como son: Probabilidad de convertir el procedimiento a cirugía abierta, lesión a las capas que envuelven al pulmón (pleuras), lesión al propio esófago y/o a sus nervios, al estómago, al hígado, al bazo,  también pueden ocurrir trastornos postoperatorios como dificultad para pasar alimentos sólidos o voluminosos, para eructar o para vomitar. Del 20 al 30 % de los pacientes operados de funduplicatura por laparoscopía llegan a perder peso en los siguientes meses de la operación. Alrededor del 5 % de los operados no mejoran de sus síntomas del reflujo gastroesofágico y requieren continuar con el tratamiento medicamentoso y dietético; otro 5 a 10 % de ellos no quedan completamente satisfechos de los resultados quirúrgicos por muy diversos motivos.

La recuperación de la cirugía de hernia hiatal incluye uno a tres días de estancia postoperatoria en hospital, de siete a doce días de reposo relativo junto con dieta especial y de uno a tres meses de vigilancia médica con citas mensuales y posibilidad de considerar su alta al término de este tiempo. Algunos pacientes han tenido una evolución tan favorable que se les ha autorizado reincorporarse a su trabajo a la semana de la cirugía, si es que sus actividades no exigen esfuerzos intensos, sin embargo, la mayoría de ellos vuelve al trabajo a los 15 días y puede realizar ejercicios moderados como trotar, andar en bicicleta o nadar a los 30 días de la cirugía.

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